No es una novedad que el equipo a vencer sigue siendo Capital. Con ese caudal enorme de jugadoras que practican un cesto voraz, vertical, con marcas “agresivas” y una practicidad llamativa y certera además.
Ya desde la entrada en calor marca la diferencia. Es el momento de la plena concentración que minutos después exhibe en el rectángulo de juego: de principio a fin.
Santiago hizo lo que pudo. El primer capítulo terminó 72 a 30. Arrollador.
En el complemento nada cambió excepto el movimiento en los bancos. Fue final de 124 a 59, señal inequívoca de sus pretensiones para mañana ante las anfitrionas. Un juego para observar en todos sus detalles, desde el mismo inicio de la puesta a punto.