Sobre los 40 minutos de la segunda etapa, Gramajo encaró, provocó la falta y la expulsión de la defensora. Tomó la pelota y la ejecutó con maestría. Cruzado, fuerte y abajo. Dio en la base del poste derecho de la arquera _que quedó literalmente parada_ y se introdujo al fondo de las mallas. Golazo para cerrar las acciones.
En breve diálogo con esta hoja digital dijo estar “feliz por el gol, practique mucho los tiros libres y que se me dé en este partido, en la final, es una alegría inmensa”.
Destacó, con relación al partido que “nos llegaban pero supimos defender, estamos muy bien físicamente y lo pudimos pelear de igual a igual en su cancha y en la nuestra”.
Finalmente, admitió que “se viene ahora un cruce más fuerte, se hará más complicado, pero esto nos sirvió mucho; a esperar”.