Los piquenses iniciaron las acciones con un atosigamiento extremo en cada salida de los capitalinos. Y logró su cometido, al menos desde ese lugar. Luego las alternativas fueron llegando a favor de Costa que tuvo un par con riesgo para el arco defendido por Lautaro Guaraglia.
Sin embargo, en la primera llegada de All Boys, a través de un tiro de esquina desde la izquierda, fue cabeceado por Braian Alvarez cruzado y la pelota que se mete contra el segundo palo, abajo. Delirio. Transcurrían 30 minutos.
Pero enseguida, a los 36’, lo igualó Costa a través de Ramiro Fredes que de media tijera _en una acción que decantó de derecha a izquierda_ la puso contra el palo derecho del arquero auriazul que nada pudo hacer.
Luego, nada más aconteció. Entretanto, que pasaba con el colegiado de turno. Quejas y más quejas de la gente, de los jugadores, cuerpo técnico, banco de suplentes, periodistas, ante las reiteradas malas decisiones en contra del conjunto local. No salían del asombro por las evidentes faltas que no cobraba y otras que sí, pero siempre a favor de la visita cuando de ninguna manera correspondían. Un arbitraje para el olvido. Se sumó el cuarto árbitro que jamás intervino, aun cuando se sucedieron algunos incidentes entre jugadores, cuerpos técnicos, con intervención del servicio de seguridad incluido. Jamás llamó al principal.
En el complemento, expulsiones para el equipo de All Boys: Leonel Morales y Jerónimo Contreras, más el preparador físico Lucas Ranocchia. El anfitrión replegó líneas y así concluyó el juego, empatado en un tanto por bando, con un actor principal: el colegiado.