Primero lo primero. El cronista deportivo de esta hoja digital arribó al reducto de Guardia del Monte a las 15.33 pensando que el partido _tal cual estaba programado_ se jugaba a partir de las 16.
Eso no ocurrió. Al parecer, anoche hicieron saber a algunos (a los implicados claro está) y otros medios de comunicación. No a todos. Desprolijidad por donde se lo mire, más allá de las argumentaciones que se esgriman.
El partido comenzó, pero al minuto, se paró. Corridas, estruendos de disparos de balas de gomas, toscas y piedras que eran arrojados donde está la parcialidad visitante, hacia afuera. Corridas, alguna persona descompensada, jugadores del Albo que se acercaban al alambrado tratando de disuadir a los exhaltados, otros que hablaban con el árbitro y policías que iban y venían.
Le preguntamos al colegiado si se jugaba y respondió: “Si brindan seguridad, sí”. Ello no aconteció y por eso se suspendió.
Una mancha más a nuestro fútbol y van…